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viernes, 23 de marzo de 2012

Amor, cariño, devoción y respeto

Cuaresma de frío y pasión en las noches de primavera rotas por el estrendor de un yunque de fría plata que llama al costalero que soporta el peso de la trabajadera bajo una parihuela que huele a incienso, azahar y trae sonidos de caireles entre bambalinas y el llanto de la cera que se derrama como el rachear del costalero entre la templada voz del hombre que cuida de aquellos que soportan el crujir de una madera.
Miradas soportadas por la preocupación y el buen hacer, algunas incluso paternales por aquellos que son los escogidos para derramar sangre y lágrimas.
Así son los capataces de las hermandades de nuestra Semana Santa, siempre pendientes de los que van arriba, pero aún más de los que están abajo, pensando siempre con la cabeza y razonando desde lo más profundo del corazón.







(Fotos cedidas por el blog amigo quecrujalamaera)

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