El eco de tu voz...

Que le pongan a los pasos

Un lazo negro de seda

Y que a duelo las cornetas,

Toquen un toque de queda.

Que los cofrades, llorando,

Corriendo por la alameda,

Han ido a contarle a Carmen,

Si Virgencita pequeña,

Que aquel capataz eterno,

Ya se fue al cielo con Ella.

La noticia es como un taco,

Como una flecha certera

Que se ha clavado en el alma

De la gente cofradiera.

Capataces, costaleros, los de abajo,

¡Gente buena!

Ya Manolo Santiago

Nunca más podrá llamaros

Con su ronca voz de almendra,

Que se nos fue para siempre

Aquel capataz poeta

Y se apagó poco a poco

Sobre su silla de ruedas.

Pero quedará el recuerdo ¡Sí!

De su pequeña silueta,

Mandando delante del paso

Con sevillanas maneras.

Adiós Manolo Santiago,

Adiós capataz poeta,

Que lloran tus legionarios

Que en el Porvenir se heredan

Y tó tu gente de abajo Manué,

Tu Sevilla Costalera.