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martes, 27 de marzo de 2012

Última Trabajadera

Leyendo el nombre de esta entrada, algunos creerán que voy a hablar del blog de mi buen amigo Antón Martín, pero no, no me refiero a la última trabajadera como tal y tampoco como lo que están creyendo los que están leyendo este artículo.

Para mi personalmente, la última trabajadera no reside debajo de un paso de misterio o de palio, termina detrás de los mismos, en nuestras bandas de cornetas y tambores, agrupaciones musicales y bandas de música.
La última trabajadera de un paso termina en esos hombres y mujeres que le dedican diez meses al año más o menos a engrandecer una sola semana en el mismo, una simple semana que están especial y tan emotiva para todos los que sentimos las cofradías. Esas personas que ensayan con calor, lluvia y frío y que se les ha echado o expulsado, como quieran ustedes llamarlo de más de un sitio porque "molestan" pero, reflexionemos un poco, ¿realmente molestan?

Para un cofrade no y para las personas tampoco deberían de molestar. ¿No dice el refrán que la música amansa a las fieras? Pero, si ellos no hacen ruido, hacen música, melodías que son capaces de dormir a un bebé. ¿A quién no se le estremece el corazón al escuchar el lamento de una corneta o el sentimiento de una melodía de una trompeta?
Verdaderamente son los artífices de la música que se eleva a los cielos y el viento mece esas melodías logrando que traspasen los ventanales de nuestras casas haciéndonos parar tan solo un instante para escuchar.
¿Quién nunca se ha detenido en el tiempo cerrando los ojos al escuchar los ecos de los tambores imaginando esa semana tan entrañable?

A todos ellos va dedicada esta entrada tan torera, a esos torer@s que cogen su capote y muleta en forma de tambor, corneta, clarinete, trompeta...
Para que la música cofrade siga marcando una antes y un después en nuestros tiempos y sigamos soñando con el aroma del incienso y el azahar en cada instante del año.

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